sábado, 5 de junio de 2010

El caracol me penetre

En esta tarde gris

de sábado valdivia

por la calle se acercan

unas horas de amor,

¡cómo ha caminado el fuego aquel!

¡cómo paso a paso ha abierto mis latidos

tu posesión!

Y te has hecho historia,

y te has hecho hoy,

y te has hecho lo que queda de mi vida.

Has recogido mis soledades,

la brizna diminuta del cielo gris

que se ha posado en mi lacrimal

que tú enjugas,

en mi boca entreabierta, en mi cuello valle

donde posa tu tibieza que cautiva

mi memoria.

Hoy que me llenas de ausencia,

al galope mi pulso corre,

en busca de la sombra,

que me avise de tu luz,

que alumbrará siempre

todas las tardes grises

de los sábados valdivia

del invierno en mi piel,

y te quedes en mí

con ese beso promesa.

Que se extienda tu labio

en mi pensamiento,

tu otro labio en mi paso inmóvil,

y en el centro de mi cuerpo

el caracol de tu voz me penetre

y me fecunde ese hijo,

el único testigo de este barco

que llevamos al confín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario